Escrito por Luis Eduardo Martínez
Copresidí ayer
la graduación de Millennia Atlantic University; es la cuarta promoción ya y como las previas
nos llena de mucha alegría el poder compartir con graduados, familiares y
amigos, el logro alcanzado.
Entregamos
diplomas de Asociado, Bachelor, MBA y MHRM a los nuevos profesionales,
ciudadanos o residentes de los Estados Unidos unos y extranjeros otros. Quienes
más sobresalen son los venezolanos, siempre “bulleros”.
Ayer en el Board
Meeting de MAU, revisé el desempeño académico de los graduados y me sentí muy
orgulloso cuando comprobé que el grupo nacional con el mejor rendimiento eran
los venezolanos pero mi satisfacción llegó a más cuando escudriñé la lista y me
percaté que los primeros son egresados de la Universidad Tecnológica del
Centro. No solo son “bulleros” los venezolanos sino que también son estudiosos,
aplicados, disciplinados, cuando incursionan en tierras distintas y entienden
que la única manera de triunfar es demostrando sus capacidades y con mucho
esfuerzo.
El acto fue solemne
y emotivo: la procesión de ingreso; el Himno de los Estados Unidos; el
juramento a la bandera; los discursos –el de los graduados por una venezolana
Carmen María Simosa que culminó tres maestrías con mención Cum Laude-; la
entrega de los diplomas –aquí no se imponen medallas-; el pase de una película
alusiva; el lanzamiento de los birretes al aire y luego muchos abrazos y
algunas lágrimas. Gracias por cierto a Liu Niecuze y María Bolívar por tanto
tanto que hicieron por la organización del evento.
Conversé con
varios de los venezolanos que se graduaron y me invadió una sensación extraña
cuando todos, pero todos, me señalaron que se quedarían en los Estados Unidos,
aprovechando el OPT que MAU ofrece a sus graduados para trabajar un año en el País,
tras lo cual pueden aplicar para obtener la Visa H1B y con tal laborar en su
área de formación. Por una parte me contenté saber que nuestros compatriotas
podían seguir viviendo, disfrutando, creciendo profesional y personalmente en
un país del primer mundo, con muchas oportunidades, con salarios decentes, con
seguridad, con buenos servicios, con
calidad de vida y que esto es posible gracias a la calidad de la educación que
han recibido, su último tramo en MAU; por la otra me entristecí al percatarme, una
vez más, que lamentablemente muchos venezolanos, y especialmente los jóvenes
mejor formados, no ven en nuestra Patria alternativa para una existencia digna
de ellos y sus familias. Reflexiono que es obligante empeñarse por que este
estatus quo cambie y cambie prontamente.
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